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La provincia de Buenos Ayres, con su vasta extensión territorial y su densa población, enfrenta problemas históricos que han sido exacerbados por la falta de soluciones efectivas. Desde leyes heredadas de gobiernos de facto hasta una representación política desfasada, la provincia se encuentra en un laberinto que requiere una revisión profunda y decidida de su estructura administrativa y política.

Existen múltiples ejemplos que ilustran estos problemas. El régimen municipal bonaerense se rige por una decisión militar de 1958, el Decreto 6768, una normativa impuesta durante el gobierno de facto del Gral. Aramburu y el Contraalmirante Rojas. Este decreto establece las competencias y facultades del Intendente y del Concejo Deliberante para los 135 municipios de la provincia. Sin embargo, esta imposición, nacida en un contexto de autoritarismo, ya no refleja las necesidades y dinámicas actuales de una provincia que alberga casi 18 millones de habitantes. En particular:

– La provincia no debe ser percibida como una entidad monolítica; la falta de comprensión de las diferencias espaciales ha resultado en una vasta región despoblada y una pequeña fracción, el 4% de su geografía, sobrepoblada.
– La falta de autonomía municipal y la rigidez en la organización territorial han contribuido a la desarticulación social y económica de la provincia.
– Es urgente la necesidad de una ley que permita diversas formas de organización municipal, que comprenda las diferentes realidades comunales, con autonomías y Cartas Orgánicas, para enfrentar los desafíos contemporáneos.

Otro problema crítico es la representación política de la provincia, regida por la Ley N.º 5109 de 1946, derivada de la Ley N.º 4316 de 1935, que a su vez proviene de la Ley N.º 3316 de 1912. Esta legislación divide la provincia en ocho Secciones Electorales, asignando un número fijo de diputados y senadores, lo que ha producido disparidades en la representación:

– Las poblaciones en áreas como el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y la región costera han crecido significativamente, mientras que el centro y sudoeste de la provincia se han despoblado.
– Esta dinámica ha llevado a una sobrerepresentación y subrepresentación en las diferentes secciones electorales, creando desequilibrios significativos en la representación política.
– Por ejemplo, el voto de la Sexta Sección Electoral vale tres veces más que el de la Quinta Sección Electoral, y la Primera Sección, que debería elegir 32 diputados, solo elige 15.

Ante la gravedad de la situación social y económica de Buenos Ayres, estos problemas estructurales parecen no tener prioridad para los políticos inexpertos. Sin embargo, estas dos normativas son la base de muchos de los problemas y desafíos actuales. Por lo tanto, se hace necesario:

– Una nueva ley municipal que permita diferentes formas de organización de los Partidos-municipios, con mayor autonomía y participación vecinal.
– Nuevas divisiones seccionales para una representación más efectiva y equitativa, reflejando mejor las dinámicas demográficas actuales.
– Fomentar una legislatura bonaerense que discuta temas relevantes para los municipios y regiones, que potencien y posibiliten una mayor producción económica y asegurar una mejor calidad de vida para todos los bonaerenses.

El camino hacia una Provincia de Buenos Ayres más equitativa y funcional pasa por la revisión y actualización de sus leyes fundamentales. Es imperativo que la conducción política, ejecutiva y legislativa, aborden estas cuestiones con la urgencia y profundidad que merecen, para que todos los bonaerenses puedan tener una mejor organización administrativa, una representación justa y un futuro con unidad y organización.

Luis Gotte
La pequeña trinchera
Mar del Plata
luisgotte@gmail.com
Co-autor de “Buenos Ayres Humana I, la hora de tu comunidad” Ed. Fabro, 2022; y “Buenos Ayres Humana II, la hora de tus Intendentes” Ed. Fabro, 2024.

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